viernes, 19 de marzo de 2010

El Enfoque Cualitativo

HACIA UN ENFOQUE EPISTEMOLÓGICO CUALITATIVO: UNA ALTERNATIVA SOSTENIBLE PARA LA INVESTIGACIÓN UNIVERSITARIA VENEZOLANA.

Para lograr el horizonte epistemológico de la educación y en particular de la investigación universitaria, precisamos tomar en cuenta el colapso que han sufrido las ideologías políticas, la disminución de la credibilidad de los fundamentos tradicionales del saber, la reducción de la certeza, la provisionalidad del conocimiento, la cuantificación de los fenómenos sociales, la falsa objetividad del conocimiento, trascender la unilateralidad que implica el método único o método positivista, la entelequia separación sujeto-objeto o el distanciamiento del investigador del objeto de la investigación , es decir, reconocer el agotamiento sufrido por la epistemología positivista, para dar paso a procesos de investigaciones hermenéuticas que niegan todos esos supuestos; insertarnos en procesos de investigación sensibles, humanizadores, basados en el análisis, la argumentación, lo discursivo, la narrativa, la comprensión, interpretación, la hermenéutica del texto, de los relatos, de las biografías, en la recuperación del sujeto social como viviente dinámico de una sociedad donde los cambios cada día son mas acelerados; dado que esta alternativa epistemológica no silencia la subjetividad de los actores sociales o informantes claves de la investigación, por el contrario, los asume como verdaderos, como testimonios con valoración heurística e innovadora, con credibilidad legitima para construir nuevos saberes.

Hay que repensar la investigación universitaria desde la epistemología de la complejidad. En esta línea de análisis, Ugas (2005.137) plantea que requerimos de este tipo de conocimiento para “que analice lo pedagógico en su materialidad (económico-social), en sus niveles de significación (político-ideológica) y en su proceso diferencial de magnitud (socio-histórico)”. Este enfoque critico de la investigación, permite analizar, estudiar e interpretar el hecho educativo-investigativo desde la cotidianidad de los sujetos que la viven y por lo tanto permite determinar los reales significados, el sentido de la problematización social, utilizar la hermenéutica, como uno de los métodos interpretativos, para implicarnos en las realidades sociales, ya que esta mirada investigativa “prioriza un yo dialógico de naturaleza relacional y comunitaria” (Ugas.2005:101). Es decir, asumir la subjetividad como elemento diferenciador que opera al interior del sistema cultural, constituye parte del programa educativo a elaborar para transitar la incertidumbre, la complementariedad, la relatividad y lo efímero

En la línea de la investigación universitaria, requerimos vincular, contextualizar y totalizar los saberes a través de percibir e interpretar que el acto investigativo es un proceso social y no individual, que el docente que no investiga no puede construir mentes abiertas, criticas y auto reflexivas para realizar el análisis social pertinente de la complejidad en la vida cotidiana social, cultural, económica y política, no únicamente de nuestro país sino del mundo. Pero también, el investigador que no revierta sus saberes, su productividad en los otros contribuirá a la estatización, aislamiento y anacronismo del conocimiento y por ende, a imposibilitar la construcción de nuevos conocimientos. Por lo tanto, debemos apostar epistemológicamente por el logro de la endocalidad del conocimiento, dado que valores necesarios para alcanzarla como: la sensatez, la visión de futuro, la sensibilidad, la cooperación, la efectividad, el respeto mutuo, y la auto administración, son valores que crecen en el individuo desde su interior hacia afuera. (Larrañaga.2004). Es decir, requerimos proceder ideográficamente a lo nomotético de la realidad social y viceversa, del análisis subjetivo al análisis global como relación reciproca e inequívoca para trascender al pensamiento complejo. En la línea de Michel Maffesoli (1996) y Edgar Morin (1980) una subjetividad entendida no como propia de un individuo aislado, sino de una persona inserta en una vasta red de interrelaciones socioculturales. Por lo tanto, “debemos ser consciente de la parte de subjetividad que conlleva cualquier investigación o cualquier análisis científico” (Maffesoli.1996:178). Siguiendo a Ferrarotti (1981:15) “todo acto individual es una totalización de un sistema social”, es decir, es la experiencia vivida en relación con una colectividad y una sociedad, ya que un hombre no es nunca un individuo, sino un universo singular: totalizado y al mismo tiempo universalizado por su época.

En este sentido y partiendo de la pluralidad y subjetividad del ser social, y su imaginario investigativo, la gerencia del conocimiento implica gerenciar la investigación universitaria, dado que este enfoque constituye una evolución importante en el proceso investigativo, a través del cuál los paradigmas del trabajo de investigación en redes pueden instalarse en las comunidades científicas y académicas, o lo que es mas importante, conformar comunidades de conocimiento, pues estas permiten verdaderos trabajos de investigación en redes, en equipos de trabajos, interactuando y atendiendo simultáneamente problemas determinados.

En este sentido, según Zisman (2005), esta forma de gestionar el conocimiento, permite determinar, cuando alguien busca una información, dónde está y quién se la puede proporcionar; cuando se logra esto se generan automáticamente comunidades de conocimiento, en las cuáles reside el verdadero valor de esa organización. Una comunidad de conocimiento, por lo tanto, es un proyecto de transformación social y cultural, que les permite a los actores involucrados construir “socialmente” conocimiento.

Desde este escenario, las comunidades de conocimiento son grupos de personas que comparten información, ideas, experiencias y herramientas sobre un área de interés común, en donde el grupo aporta valor, todo esto vía Internet. Se basan en la confianza y desarrollan una manera de hacer las cosas que es común, junto con un propósito o misión que también es común.

En este sentido, lo mas importante para una comunidad es tener una visión, pero sobre todo disposición, la disposición de aprender, es decir, que los actores estén preparados a interactuar constructivamente con su ambiente, a ser abiertos a nuevos conocimientos y a identificar desde la experiencia factores de éxito y saberes locales.

Esto puede constituirse en una propuesta a la contradicción entre las concepciones elitescas-escolares y, las democráticas, flexibles y horizontales de trabajo cooperativo o comunidades de investigación, dado que la realidad social del presente demanda a la investigación universitaria, un rol más protagónico en la resolución de los problemas que afectan a las grandes mayorías y, la búsqueda de una creatividad intelectual que permita a la sociedad acceder al desarrollo societal propio de los países del primer mundo, con el humanismo de una nueva racionalidad holística. (Bonilla.2004).

Este trabajo en redes de investigación impediría enclaustrar la investigación desde la individualidad y ponerla realmente al servicio de la colectividad, de los más frágiles.

Hoy en día, la tecnología, la globalización y los procesos de democratización de la sociedad, entre los cuales se cuentan las comunidades científicas, impone un cambio de paradigmas. El trabajo cooperativo,viene sustituyendo el trabajo aislado, el cual resulta improductivo en el presente (Bonilla. 2004). Desde este punto de vista, la gerencia de la investigación postmoderna se caracteriza por redes, alianzas, tareas y proyectos más que por papeles y responsabilidades relativamente estables que se asignan de acuerdo con funciones y departamentos y se regulan a través de la supervisión jerárquica (Hargreaves. A: 1999).

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